La extinción de las especies...
Algunas especies en peligro enfrentan un riesgo de extinción 100 veces mayor a lo que hasta ahora pensábamos, según un estudio publicado recientemente en Nature. Para los investigadores, no se han tomado en cuenta suficientes variables a la hora de evaluar el riesgo de extinción, y por ello, hoy deberíamos incluir a más especies en la lista roja de peligro...
Un estudio publicado en Nature explica que los investigadores han subestimado los peligros que enfrentan diferentes especies silvestres amenazadas, porque han analizado erróneamente las diferencias entre individuos dentro de una población dada: "Muchas poblaciones de individuos estables, que antes se consideraban seguras, actualmente enfrentan un riesgo de extinción altísimo" dice el estudio, liderado por el profesor Brett Melbourne, de la Universidad de Colorado.
Existen más de 16.000 especies amenazadas de extinción, de acuerdo a la Unión Internacional por la Conservación de la Naturaleza (IUCN). Uno de cada cuatro mamíferos, una de cada ocho aves y uno de cada tres anfibios están clasificados en la lista roja.
Melbourne declaró que los modelos actuales analizaban sólo dos factores de riesgo. Uno, las muertes de individuos dentro de poblaciones reducidas, como los tigres indios o las ballenas. Cuando una especie disminuye hasta un cierto punto crítico, incluso la pérdida de unos cuantos individuos puede ser devastadora en el largo plazo. Por ejemplo, existen menos de 400 ballenas (contando las diferentes especies existentes) y probablemente no existan más de 4.000 tigres viviendo en libertad. Esto pone en severo riesgo a ambas especies.
El segundo factor para cotejar el peligro de extinción son las condiciones medio ambientales que influyen en las tasas de nacimiento y muerte, como la destrucción del hábitat, las fluctuaciones en las temperaturas o las precipitaciones, ambas estrechamente relacionadas -y alteradas- por el cambio climático.
El coautor del estudio, profesor Alan Hastings de la Universidad de California-Davis, argumenta que estos factores deben ser ampliados, a fin de tener un panorama completo acerca de los riesgos de la extinción. Además de los factores medidos, se deberían tomar en cuenta la proporción existente de machos y hembras en las especies, además de ampliar la definición de aleatoriedad en los nacimientos y muertes de individuos. Estas variables, tan complejas, pueden determinar cuánto es de frágil una población, para definir una estrategia de recuperación cuando los números son bajos.
Esta diferencia puede parecer sutil y técnica, pero es una manera importante de poder medir mejor para definir las políticas de acción. Los tamaños de las poblaciones necesitan ser mayores para que estén relativamente a salvo de la extinción y para asegurar la biodiversidad planetaria.
Fuente: ABC News. Fuente imágenes: Onkel Wart, Malcom Burguess.