CASTORES UNA VEZ MAS EN LA MIRA
Síntesis de entrevista a UddaChile en THE CLINIC 1/04/2019 "Valeria Muñoz, Presidenta de la Unión de Defensa del Derecho Animal de Punta Arenas, afirma que no se ha hecho históricamente lo correcto con este roedor. “Nosotros como organización apoyamos 1000% al castor. Es un ser vivo que lamentablemente es matado brutalmente con trampas que no son selectivas y donde pueden caer otro tipo de especies. Se ha invertido mucho en el control a través de la caza, pero lamentablemente no ha tenido ningún impacto positivo. Se ha educado que el castor es malo, pero no hemos visto ninguna situación efectiva que termine con el control de esta especie. No se ha aprovechado la población de castores en Magallanes. Estimo que debiésemos, como somos una región turística, aprovechar al castor de otra manera, más amigable, conociendo su comportamiento, aprovechar el avistamiento de castores en la zona, solo gastamos fondos que no llegan a nada”, recalca."
Desde que en 1946 se introdujeran intencionalmente 10 parejas de castores en la Isla Grande de Tierra del Fuego, los daños que ha generado esta especie exótica invasora son gigantes y casi irreparables: más de 23 mil hectáreas de bosque nativo, equivalentes a 38 mil Estadios Nacionales, han sido invadidas. Investigaciones del Servicio Agrícola Ganadero (SAG) documentan que sólo el 28% de los predios ganaderos de la isla no tendrían presencia de estos peludos roedores que hace décadas cruzaron al continente nadando. Por lo mismo, hoy las autoridades indican que la biodiversidad y ecosistemas de la Patagonia Chileno-Argentina están en riesgo de modificarse para siempre. Conversamos con biólogos, cazadores, cocineros, grupos animalistas y empresarios locales sobre esta problemática medioambiental. En Chile, los castores pueden vivir hasta 20 años, miden más de un metro de largo y pesan entre 25 y 30 kilos. Como buenos roedores, se reproducen hasta que ya no pueden más. Son animales que tras encontrar un lugar donde establecerse, se vuelven sedentarios y monógamos, habitando castoreras que pueden llegar a tener hasta una hectárea de diámetro con un sinfín de alteración al ecosistema a su alrededor. Allí, las parejas de castores desarrollan su vida, cuidan sus crías -que pueden ser entre 3 a 7- que luego de tres años se marchan para generar una nueva colonia que lamentablemente destruirá todo a su paso. Sin depredadores naturales que puedan controlar la especie, la última estimación realizada el año 2006 por el gobierno chileno, indica que existirían entre 70 mil y 110 mil ejemplares en el archipiélago fueguino. No sabemos cuánto ha aumentado ese número ni cuál es el real impacto ambiental a la fecha. Fuente: www.theclinic.cl